En octubre me invitaron a colaborar en la salida final de la Escuela de Montaña del Centro Andino Mar del Plata. Sí, hay un club de montaña al lado del mar… Si bien hay muchas rocas para escalar cerca de mi ciudad, también hay una gran comunidad de montañas que comenzó en los 80. Una larga tradición de montañistas ha salido de nuestro club hacia distintas montañas del mundo.
Creo que es fundamental que las instituciones de montaña de nuestro país destinen recursos y esfuerzos para generar nuevos andinistas. En nuestro caso, el proyecto comenzó hace 7 años y realmente produce un efecto increíble en la gente de toma el curso de iniciación al montañismo, en el cual aprenden diversidad de aspectos de esta disciplina: desde aprender a acampar, armar la mochila, la carpa hasta subir una montaña nevada en Neuquén.
Los participantes logran su autonomía aprendiendo técnicas de navegación modernas, técnicas de caminata en distintos terrenos, planificación y muchas disciplinas más. Pero lo más importante es la pasión con que los instructores transmiten todos estos temas: esa energía se respira en el aire.
El constante ida y vuelta del grupo en su aprendizaje hace que el tiempo vuele. Casi 30 personas subimos el Cerro Chachil (2900 m), cerca de la ciudad de Zapala, en la provincia de Neuquén. La expedición la hicimos rodeados de un paisaje soñado para “tu primera montaña”, con la imponente vista de los volcanes de la zona y el gran Lanín custodiando esa parte de la cordillera.
Siempre es clave destacar la importancia de los clubes de montaña como formadores de montañistas y escaladores, y más aún la energía y pasión desinteresada de los socios que se ponen al hombro este tipo de proyectos formativos. ¡Bravo por ellos!
Agradezco enormemente la invitación a esta montaña, a todo el equipo formativo (Eduardo Namur, Guillermo Almaraz, Diego Landa y Roly Linzing), y en especial a los alumnos que dieron todo en esta salida.
Texto: Esteban Degregori
Fotos: Esteban Degregori