Ansilta nació hace 40 años al pie de los Andes, impulsada por el mismo sentimiento y el mismo esfuerzo que se requieren para conquistar una cumbre.
Ese ADN, el de nuestras montañas, corre por nuestra sangre y le imprime a nuestros productos la estampa y la fuerza de toda la naturaleza que amamos y nos rodea.

Allí en la Cordillera es donde hemos construido nuestra casa, convertida hoy en una fábrica modelo; un sitio que nos anima a continuar en una búsqueda incesante. Todo está integrado por áreas que se conjugan en pos de un propósito: diseño, calidad, depósito, maquinaria de nivel mundial, laboratorio de testeo y, sobre todo, compromiso. 

Pero nuestra idea de origen, además, persigue una idea superior: la de cuidar el planeta. Elaboramos prendas técnicas y con alto grado de durabilidad, no solo por la necesidad de resistir a las hostilidades del terreno, sino porque también sabemos que esa larga vida útil genera un menor impacto en el medio ambiente. 

Con el tiempo aprendimos que eso solo, no era suficiente. Somos conscientes que no sabemos todo lo que hay que saber para mitigar el impacto en el medio ambiente, pero también sabemos que nos estamos preparando para estar a la altura de lo demanda nuestra realidad actual 

Por eso, no solo certificamos ISO 14001 que nos certifica de las buenas prácticas medioambientales de la fábrica, sino que utilizamos nuestros retazos (muy escasos ya que hemos invertido mucho dinero en un robot de corte que minimiza al mínimo el desperdicio de telas) para acciones muy concretas.