El Efecto de la Radiación Solar en el Cuerpo
Las Radiaciones que llegan a la Tierra desde el Sol se clasifican según su longitud de onda en: 1) Luz Visible que van del azul al rojo, y es la luz que vemos los seres humanos, 2) Infrarojas (IR) están más allá del rojo visible, y son las responsables del calor de la luz, y C) Ultravioletas (UV) (más allá del azul visible), que se clasifican en UV A, B y C. Las UVC se absorben en la atmósfera y no llegan a la superficie terrestre. Las UV A y UV B son las responsables de la Actividad Biológica.
Los Rayos UVA y UVB impactan directamente en la tierra, pero no lo realizan en forma uniforme: en el ecuador llegan mucho más directo que en los polos, en época de verano lo hacen más que en invierno, y durante el día aumenta su incidencia en las horas cercanas al mediodía.
Contrariamente a lo que se piensa, las nubes de un día nublado no frenan su llegada a la superficie (solo un 20%).
La Intensidad de estos rayos se miden por el Índice UVI, siendo los potencialmente peligrosos para el cuerpo cuando se ubican entre 4 a 8 y dañinos cuando están por encima de este valor. Nuestra cordillera de los Andes por su altura, latitud y características peculiares tienen casi siempre UVI extremadamente alto (más de 10)
Pero en lo que a montaña se refiere, a medida que ascendemos el impacto es mucho mayor: así a 4000 metros de altura es esperable un 65% más de radiación, que sube a 90% a las alturas máximas de nuestros Andes. También hay un considerable aumento por el reflejo en la nieve (60% más), por el rebote espejo en la atmósfera y el efecto lupa ante condiciones nubladas con agua.
En conclusión: en la montaña se aumenta exponencialmente la exposición a los rayos UVA y UVB.
EFECTOS QUE PRODUCEN EN EL CUERPO:
A fines Prácticos, en la actividad de Montaña nos debemos cuidar de los rayos UVA y UVB.
Los UVB son rayos muy potentes pero penetran muy poco en la piel. Son los responsables de las quemaduras. Los UVA por su parte pueden penetrarla muchísimo y producen las enfermedades biológicas y el envejecimiento.
Para clasificar los tipos de piel y el riesgo a los efectos de los UV, se tiene en cuenta el tiempo para que la piel expuesta se torne eritematosa. Así entonces se calcula el DEM (dosis eritematosa mínima) que depende de la concentración de pigmento de melanina que tenga la piel del sujeto. En general un DEM x 4 causa quemaduras de 1er grado (quemadora roja) y un DEM x 8 produce una de 2do grado (con ampollas).
Así se determinan los Fototipos de piel con características distintivas individuales, regionales y raciales
Estos fototipos se clasifican de I a V dependiendo de la concentración de melanina de la piel.
Aquellas personas con Fototipos I nunca se pigmentan y siempre se queman, su piel es muy clara y usualmente son rubios o pelirrojos y de ojos también claros.
Los sujetos con Fototipo II logran alguna pigmentación pero a cista de quemarse siempre. También tienen piel y ojos claros.
El Fototipo III es cuando se pueden pigmentar en forma gradual y pocas veces se queman. Corresponde a la raza caucásica de piel menos clara.
El Fototipo IV siempre se pigmentan al sol y nunca se queman, corresponde a las pieles mestizas o levemente morenos y mediterráneos.
Por último en los negros o pieles oscuras latinoamericanas se encuentra al Fototipo V que ya están pigmentadas y no sufren el efecto de las radiaciones solares por UV.
Los efectos de las radiaciones en la piel pueden ser: a) eritema solar con efectos locales, b) quemaduras solares con efectos locales y generales, c) lesiones no cancerosas, d) cáncer de piel tipo melanoma o no melanoma, e) envejecimiento.
El eritema solar local, en general aparecen pronto, se caracterizan por tener enrojecimiento de la piel (quemadura grado 1 y dolor local.
Las quemaduras solares en general presentan ampollas (quemaduras de 2do grado), aparecen luego de algunas horas y pueden presentar síntomas generales además de los locales. Estas quemaduras son las que aumentan el riesgo de cáncer de piel
Respecto del Cáncer de piel, los mismos dependen del tiempo de inicio a la exposición solar (por eso los niños son particularmente susceptibles), su intensidad y a la frecuencia y cronicidad de las mismas.
Ejemplos: exposiciones graves al sol durante la adolescencia duplica el riesgo de contraer melanoma, y exponerse más de 10 veces por año duplica también otros tipos de cáncer de piel no melanoma. Los tumores no melanoma se curan generalmente con cirugía, mientras que los melanomas pueden no curarse y comprometer la vida aunque se detecten precozmente.
Entonces en conclusión en la montaña los riesgos de tener lesiones de piel dependerá de características del sujeto (fototipo y la hidratación) y del ambiente (estación, latitud, horario y altitud).
COMO PREVENIR EN LA PIEL LESIONES POR RADIACIÓN SOLAR:
El algoritmo más útil y recomendado por la Organización Mundial de la Salud para prevenir las lesiones por radiación es:
SOMBRA: la sombra es lo primero que debe buscarse. No estar expuesto al sol previene daños en la piel de cualquier tipo.
VESTIMENTAS CON FILTRO UV: si la sombra no es posible, se debe procurar ropas adecuadas en cuanto a diseño y características para que actuen facilitando sombra y evitando la llegada de los rayos UV adecuadamente.
CREMAS: son la 3era opción en importancia como preventivo de cualquiera de las consecuencias de la piel por el Sol
Empecemos por el final
CREMAS. Resumidamente las cremas protectoras de radiaciones se clasifican por el índice FPS (Factor de Protección Solar) que se calcula según el tiempo que con el uso adecuado de la misma se retrasa la aparición del eritema solar; así una crema FPS 50 lo retrasa más que que una 15, etc.
En general la mayoría de las cremas filtran la mayor proporción de los rayos UVB, y esto no es proporcional al tipo de la misma: una crema FPS 15 filtra el 93% de los UVB, una FPS 30 y una 50 filtran solo un poco más, el 97% de los mismos.
Una característica crítica en la elección de la crema es que sea a prueba de agua o resistente a la misma, sobretodo por el efecto de la sudoración.
La forma de aplicarse las cremas es fundamental en la altura: debe colocarse en cantidades suficientes antes del inicio de la actividad, y con piel siempre seca, con un refuerzo inicial a los 20 minutos y sucesivos cada 2-3 horas.
Esto es independiente del tipo de FPS de la crema.
Recordar asimismo reforzar cada vez que haya sudoración excesiva o inmersión en el agua, por ejemplo por vadear arroyos etc.
Como indicativo, pieles con fototipos más bajos (I o II) deben usar cremas con FPS más altos aun con UVI bajos o moderados. Aquellos con fototipos más altos deben usar cremas con FPS bajos salvo que el UVI sea muy elevado.
En general en la montaña el UVI siempre es más de 10 por lo que se recomienda el uso de protectores solares elevados (FPS 50).
Por último uno de los temas más crítico de las cremas (más allá de su costo) es que SU USO NO DEBE FAVORECER LA MAYOR EXPOSICIÓN AL SOL.
VESTIMENTAS: como ya fue mencionado el uso de vestimentas adecuadas con filtro solar es la recomendación más importante de la OMS como efecto preventivo y teniendo en cuenta la imposibilidad de estar bajo la sombra en la actividad al aire libre en el ambiente de montaña.
El TIPO de vestimenta es lo primero que debe evaluarse: el empleo de gorro o gorra con visera ancha y ropas los más cubritivas posible Una buena camisa/remera de manga larga con cuello cerrado y alto, pantalón largo, buff y manoplas serían una buena opción para el ambiente de montaña en Los Andes.
El DISEÑO de las prendas adquiere una importancia superlativa, y en el detalle de los cuellos, los puños, la cobertura de las manos, etc, radica el valor agregado en este tópico.
El TIPO DE MATERIAL es el otro factor a tener especialmente en cuenta y en donde se establece la mayor diferencia entre equipos de buena o mala calidad.
Este material debe ser de materias primas físicas pensadas para filtrar la mayor cantidad de rayos debido a la densidad del tejido o por el agregado dentro de los mismos (hilos plásticos, metálicos,etc)
El acabado químico es el otro factor a considerar . En el acabado es fundamental cerciorarse cuanto a la duración y al cuidado que debe realizarse a la prenda para que no se pierda su efecto.
Por eso antes de la adquisición de un producto técnico y pensado para exigencias, debe evaluarse adecuadamente esta propiedad
La ropa se clasifica en cuanto a la prevención del daño según una normativa armonizada llamada UPF, y que no es ni más ni menos que la cantidad de rayos que el tejido deja pasar: una prenda UPF 15 deja pasar 1 rayo cada 15, o sea equivaldría a una crema FPS 94%, una prenda UPF 30 deja pasar 1 rayo cada 30, o sea FPS 97%.
Recordar que algunas prendas pueden perder la eficacia si son sometidas a la grasitud de cualquier tipo de crema incluyendo las protectoras solares
En conclusion: en las montañas es imprescindible considerar el impacto de la radiación y tomar medidas preventivas adecuadas.
El uso de vestimentas apropiadas es uno de los tópicos más necesarios a evaluar, en cuanto a las características físicas, de diseño y químicas
Quedará para más adelante las recomendaciones de prevención de la radiación en los ojos.
