Mariano Vázquez es un deportista multidisciplinario y apasionado, que se mueve en bici o en kayak, en carreras por senderos de montaña y por las cumbres más altas de nuestra cordillera, siempre buscando nuevos desafíos. Guía de Alta Montaña (con 50 ascensos al Aconcagua en su haber) y raidista, es -además- papá de Thiago y Chloe, e hijo del Teniente José Daniel Vázquez, instructor y jefe de pilotos de la Fuerza Aérea, quien murió en combate durante la Guerra de Malvinas.
La vida de Mariano quedó marcada por ese hecho desde sus primeros días: a solo dos semanas de haber nacido, su padre fue convocado para ir a Malvinas por su destreza con los aviones A4C. Ante ese llamado Liliana, mamá del atleta, apuró el bautismo del menor de sus tres hijos. Mariano guarda como un valioso recuerdo las fotos de ese día, en las que su papá lo sostiene entre sus brazos, rodeado de su madre y hermanos.
El Teniente José Vazquez fue uno de los protagonistas del ataque al portaaviones Invencible, la misión más importante de la Fuerza Aérea durante esa guerra. Siendo un joven de 30 años y padre de tres pequeños, entregó su vida por la Patria. Por ese hecho se le otorgó (post mortem) la más alta condecoración militar que da la República Argentina: la “Cruz de la Nación Argentina al Heroico Valor en Combate”.
“Si hubiese sido músico, le hubiese compuesto una canción”. Mariano resume con esa frase la impronta que dejó en él la historia de su padre, de Malvinas, y lo que simbolizan en su intensa carrera deportiva. En 2022, cumpliéndose el 40º aniversario de la guerra, Mariano encaró un desafío único para homenajear a su papá y a todos los que dieron la vida por la Patria: pedalear desde el corazón de la ciudad de Mendoza hasta la base del Cº Aconcagua e intentar llegar a su cumbre (la más alta del continente), para luego descender y volver pedaleando al punto de partida.
La travesía “Aconcagua non-stop”, como llamó a este proyecto, fue su manera de poner en valor la gesta de Malvinas y rendir tributo a su papá, de quien conserva una carta enviada a su familia durante la guerra, pidiendo que no permitieran que tanto dolor y sufrimiento cayesen en el olvido. Esa es la bandera que Mariano lleva -con toda su garra y gran humildad- en cada desafío que encara, enarbolando valores de respeto, convicción y amor por nuestra tierra.
Desde Ansilta estamos orgullosos de tener en nuestro Team a Marianito (como lo llaman cariñosamente sus amigos y colegas): un deportista de excelencia y, sobre todo, una gran persona. Agradecemos la generosidad de compartir con nosotros esta historia de profundo valor y emoción, en nuestra intención de mantener viva la memoria de Malvinas y sus héroes.
Las Malvinas son y serán Argentinas